Tampoco está clara la etimología del nombre; para el P. Alcalá vendría de xatha (pronunciado "xhota"), voz propia del dialecto de los moriscos españoles y que existe también en el hispanomarroquí y argelino con el significado de "baile" o "danza".
El canto es homófono o a dúo más raramente, con uno o dos ejecutantes o coro bien alternado en las "coplas de picadillo". El compás es ternario, con melodías de acordes tónicos del modo mayor y de séptima dominante. Las melodías instrumentales son llamadas normalmente "variaciones" y las vocales "canciones", "coplas" o "cantas".
La rondalla se compone de guitarras, laudes, bandurrias, guitarros o requintos, hierrecillos, panderetas y castañuelas. Las guitarras marcan el bajo y rasguean los acordes; el laúd hace los contrapuntos o refuerza el bajo de la guitarra. En esta forma es de pleno siglo XIX y antes intervenían otros instrumentos, aunque los textos que nos hablan de las "músicas del país" no suelen describirlos, pero sabemos que intervenían violines, flautas y fagotes entre otros. En el Bajo Aragón se hace un acompañamiento rítmico por medio de cántaras, en cuya boca se comprime el aire.
Hay rasgos que permiten diferenciar los bailes de las zonas básicas, que serían las del Bajo Aragón (con Alcañiz, Albalate del Arzobispo y Calanda), Huesca y Zaragoza.
La jota bajo aragonesa es la más elaborada y seguramente la más antigua; entre las variantes locales hemos de señalar las de Alcañiz y Albalate. En Alcañiz el ritmo es relativamente rápìdo, alegre, y en la primera y en la segunda coplas cantadas se dan unos ágiles saltos, o batudas, chocando las piernas al saltar. La de Albalate del Arzobispo es muy parecido a la de Alcañiz, más lenta y con el paso menos movido.
Las jotas de Calanda y Andorra son parecidas, aunque la primera es más lenta, reposada y señorial, muy próxima a determinados bailes valencianos.
En Zaragoza hay diversas modalidades que varían, esencialmente, por la distinta rapìdez de su ejecución; ninguna tiene pasos punteados, y el ritmo determina brincos, alzando las piernas apoyadas solamente en la media punta; en la variedad rápida, que es la más violenta de todas las jotas, hay arrodillados dobles; todas las jotas zaragozanas se bailan con los brazos en alto.
La jota de Huesca es menos rápida, con modalidades curiosas en el Pirineo, donde ha sufrido influencias francesas, y hay algunos pasos "agarrados". En Echo hay tres variaciones:"trenzado", "pateta" y "pasao", y las parejas bailan agarradas mientras se entonan las coplas de acompañamiento.
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